Se merece una calle
Por Antoni García Herranz
Estamos en una sociedad muy cambiante y constantemente suceden episodios que hacen olvidar los últimos ocurridos, pero no por ello debemos dejar en el olvido a personas y situaciones que han contribuido a que la sociedad haya ido mejorando por el ejemplo de tenacidad y creencia en sus ideales y mantenerlos, aunque haya sido costoso para sí mismas y sus familias, en la defensa siempre de la democracia y el autogobierno de Catalunya.
Estoy hablando de CIPRIANO GARCÍA SÁNCHEZ, nacido en 1927 en Manzanares de la Mancha (Ciudad Real), que con 16 años empieza a trabajar en las minas de Puebla de Almoradiel y en 1951 se traslada a Terrassa al Barri de Ca n’Anglada, trabajando para RENFE y Cerámica Egara. Afiliado al PSUC, en 1954 pasa a formar parte de la dirección del partido en Terrassa. Ya estaba comprometido en conseguir una sociedad más igualitaria y social.
En 1956 participa en la vaga de les bicicletes (organizada en protesta por el aumento del precio del transporte público).
En 1957 fue detenido a la vuelta de un congreso clandestino del Partido Comunista (cuando se hablaba de política se decía El Partido en referencia a sus valores) y fue encarcelado en el Penal de Burgos hasta 1959. En 1960 fue otra vez detenido por protestar por las detenciones de Jordi Pujol y Francesc Pizón y otros implicados en los “Fets del Palau” (acto hecho en el Palau de la Música Catalana para conmemorar el centenario de Joan Maragall). Fue juzgado en consejo de guerra con otros seis sindicalistas más, y encarcelado en el Penal de Burgos hasta 1964. Al salir, participa en el sindicato Comissions Obreres formando parte de su Comité Central, y vuelve a ser detenido en 1967 y puesto en libertad. En 1972, consigue escapar de la detención de la cúpula de Comissions Obreres, que fue juzgada y encarcelada en Burgos, con el nombre de Proceso 1001, siendo el responsable hasta 1975 en la clandestinidad. En 1979 fue elegido diputado a las Cortes de Madrid hasta 1982, previamente en 1980 se había venido a vivir a Castelldefels. En 1984 volvió a ser diputado hasta 1988. En 1991 encabeza las listas municipales de IC (no entrando en el consistorio por solo 6 votos). Murió en 1995 en un desgraciado accidente por una caída poniendo propaganda electoral. En su entierro asistieron 1.500 personas. En aquellas elecciones se consiguieron 3 concejales. Desde entonces siempre se ha estado en el consistorio de nuestra ciudad.
En Barcelona, en el Barrio de la Bordeta, hay una placa en la C/ Mossèn Amadeu Oller al lado de la Iglesia de Sant Medir (donde se realizaron muchas reuniones clandestinas, gracias a mossèn Josep M. Vidal, y donde se constituyó Comissions Obreres el 20 noviembre de 1964; en el teatro de la parroquia, se reorganizó la CNT el 29-2-76). En Terrassa hay una plaza dedicada a él. Creo que bien se merece un recordatorio, además su hijo, Santiago García León, fue concejal de Cultura i Joventut de este Consistorio hasta su desafortunada muerte en 1999.
Solicitamos para Cipriano un espacio público en nuestra ciudad, ya sea plaza o calle, sin desmerecer a otras personas ilustres de la historia reciente de Castelldefels.
Belén, su esposa, y Antoni, compañero y amigo en la vida activa de Cipriano.