El mes de mayo avanza impasible mientras el gobierno municipal aún no ha sido capaz de elaborar unos nuevos presupuestos para el año 2022. Los presupuestos anuales suelen presentarse durante el último trimestre del año anterior, por lo que el retraso en las cuentas públicas del Ayuntamiento es de más de medio año.
Y es que no es de extrañar. Solo basta ver cómo está la ciudad para comprobar el elevado grado de parálisis que vive Castelldefels actualmente. Un ejemplo, claro y notorio, es el de la Av. Constitución, cuya obra sigue parada después de más de un año de olvido y dejadez. En las aceras se acumula suciedad y los vecinos, desconcertados, reclaman que las obras se acaben cuanto antes, al tiempo que se critica la pérdida de 300 plazas de aparcamiento y el gasto de entre 8 y 11 millones de euros. Un despropósito.
Por otro lado, vemos cómo otras obras, la de Av. se los Baños, están provocando severas quejas de los establecimientos y los vecinos de la zona. Y es que todo el mundo se pregunta por qué se hacen las obras ahora que llega la temporada alta y más personas vienen a la playa, cuando se podría haber planificado en invierno y reducir el impacto que tiene en una zona tan concurrida.
Las Ordenanzas Fiscales, es decir, los impuestos que tienen que pagar localmente los vecinos, tampoco se han elaborado para el 2022, por lo que las subidas de impuestos de los años anteriores se consolidan en este ejercicio fiscal. Una locura, especialmente en un momento tan delicado cuando seguimos inmersos en una grave crisis económica y social; y la escala de precios en la alimentación, la electricidad, el agua o el butano, hace que muchas familias tengan que hacer malabares para poder llegar a final de mes. Y es que el IPC sigue disparado, y la recaudación de las Administraciones ha crecido más de 9.000 millones de euros. Por eso, es más que necesario una rebaja de impuestos y devolver a los ciudadanos el poder adquisitivo perdido.