PILUFA, un chiringuito en la memoria de todos
De día, “Arroz de Pobre” y de noche, “Sangría de Cava” con música

Sonia Sarnago, Ferran Adriá y José Francisco Santana. Foto 21/12/2011

Por Sonia Sarnago

Alquilamos este chiringuito en el año 1987 a la Sra. Josefa Compte y al Sr. Juan Llobera Poca, del Hotel Suizo del Paseo Marítimo.
Era muy peculiar: por las mañanas funcionaba como restaurante con una carta muy amplia en la que los arroces eran los protagonistas. A las 18 horas retirábamos de las mesas los manteles, bajábamos la luz, subíamos la música y se transformaba en un pub donde la sangría de cava corría a raudales.
La clientela era de lo más variopinta. Entre semana, venían al restaurante tripulaciones del aeropuerto, muchos médicos y enfermeras de Bellvitge, y parejas de todo tipo. Por la noche, era gente más joven y animada. Los fines de semana al mediodía había muchas familias y por la noche venían muchas bodas a terminar allí la fiesta. Los jugadores del Espanyol venían a comer “el arroz de pobre” con romero y tomillo.
Un detalle para destacar era la pequeña cabina con tocadiscos de Pilufa donde los propios clientes aficionados a la música traían sus discos, con mención especial para Salva Tudela, de Gavà, disjokey voluntario que venía habitualmente.
Se trabajaba todo el año, los fines de semana del mes de mayo eran una locura, Castelldefels era la playa de Barcelona y alrededores, y salían todos con ganas de sol y playa.
La verbena de San Juan se celebraba en la playa y había numerosas fiestas.

hiringuito Pilufa, Calle 23 (Foto aérea- año 1990 por AERO-REPORT Barcelona)

En Pilufa hacíamos “Fuegos Artificiales” en la arena y la fiesta de la espuma ya de madrugada. Estábamos toda la noche abiertos, a tope de gente.

Todos estos chiringuitos y casas de pescadores estaban afectados por la Ley de Costas y hasta el mismo momento de su derribo pagaban todos los impuestos.
Derribaron Pilufa y algunos más el 7 de julio de 1992, en vísperas de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Aquella mañana, a primera hora, llegó el Sr. Novoa, con el entonces alcalde Sr. Marina y el concejal Sr. Bercero, acompañados de los antidisturbios, reventaban las puertas y sacaban las bombonas de butano y revisaban si había algo más peligroso y metían las máquinas para tirarlos.
Estos derribos se efectuaron con mucha prisa, estábamos pleiteando por nuestra legitimidad en los chiringuitos y días antes de la publicación de la sentencia, los derribaron a sabiendas del resultado judicial, que resultó ser favorable a los chiringuitos.
Tardaron en recoger los escombros más de 1 mes, con el peligro que eso conllevaba, puesto que en esa fecha no había alcantarillado, teníamos pozos negros que quedaron bajo las ruinas, donde mucha gente acudía a buscar utensilios, bebida, etc., sepultados entre los escombros.
La imagen de la playa de Castelldefels durante los Juegos Olímpicos del 92 fue penosa.
Nuestra trayectoria profesional anterior se había desarrollado en distintos hoteles y en ese momento trabajábamos en el Hotel Colibrí de la cadena Hesperia.

NOTA DE REDACCIÓN
Sonia Sarnago, que estaba embarazada de su hijo, Carlos, y que explotaba la gestión del Chiringuito Pilufa, junto a su esposo José Francisco Santana Espejo, que fue presidente del Gremio de Hostelería de Castelldefels y Baix Llobregat, integrante de la Confraria Gastronòmica Més Onze y fundador de la Escuela de Hostelería de Castelldefels. Santana dirigió el Hotel Pino (que se derribó con la Autopista C-32) y el Hotel Catalunya (hoy Hotel Canal Olímpic), además de asumir la dirección de hoteles en Canarias y la Costa Brava. Fundó Sagasa Viajes y fue presidente del Grupo Europa Viajes. Y, por último, llevó Castelldefels a la Plaza Roja de Moscú (Rusia), a Fitur y a muchas ferias internacionales, como la de Berlín, promocionando siempre el turismo local.
Y terminó su actividad turística en el Hotel Las Torres de Sant Esteve Sesrovires, donde se jubiló.